Los filtros de corte de luz blanca.
Observar el sol es una de las actividades más gratificantes que se pueden practicar como astrónomo aficionado.
El sol es ciertamente la estrella más cercana a nosotros, y tiene muchas cosas que mostrarnos, ahora bien este tipo de observación ha de hacerse tomando las medidas de precaución oportunas, pues de lo contrario puede resultar peligrosa.
No todos tenemos la oportunidad de poseer un telescopio solar de Hidrógeno Alpha, con el que disfrutar de la actividad del astro rey, en forma de protuberancias, filamentos, espículas, etc, pero no por ello, vamos a renunciar a su observación.
Con un simple telescopio, o prismático, y la debida protección, podremos ver el sol sin dañar nuestra vista, y apreciar manchas solares que de otra forma no podríamos ver.
Pero… ¿qué son las manchas solares?
Las manchas solares, que podemos llegar a apreciar como zonas o puntos oscuros sobre la superficie brillante del sol, son regiones de menor temperatura que las adyacentes, y fuerte actividad magnética. Están formadas por una zona central más oscura, “la umbra”, y una zona periférica ligeramente más clara, “la penumbra”.
Estas manchas, en ocasiones pueden llegar a medir varios miles de km, casi tanto como el diámetro de la tierra. Y sus agrupaciones locales pueden alcanzar los 120.000 km o más.
¿Cómo podemos observar las manchas solares sin temor a dañarnos?
Hasta hace relativamente poco, se comercializaban los llamados “filtros solares de ocular”, consistentes en un filtro de vidrio prácticamente opaco, el cual se roscaba al barrilete del ocular de tal manera que restringía el paso de la luz al mismo, y nos ofrecía una relativa y ficticia seguridad. Estos filtros, venían en muchas ocasiones como accesorio de regalo en los telescopios más antiguos, generalmente en diámetros de 1” o 0,96 mm.
Aunque es posible que muchos de nosotros, los hayamos usado en alguna ocasión y podamos aún encontrarlos en kits de telescopios baratos, su uso está actualmente ABSOLUTAMENTE DESACONSEJADO, debido al peligro potencial que supone la posible rotura del vidrio por exceso de calor, y la consiguiente quemadura irreversible en nuestra retina.
Hoy por hoy, existen métodos mucho más aconsejables y de total seguridad, como son las láminas de polímero del tipo Mylar o Baader, las cuales colocaremos como corte a la luz solar delante del objetivo de nuestro telescopio, lo que nos garantiza una restricción de la luz y radiaciones solares de hasta un 99,9% previamente al objetivo o espejo de nuestro instrumento. Es decir, procederemos a filtrar la luz antes de aumentarla.
De esta forma podremos disfrutar de la observación de nuestra estrella con total confianza sin perjuicio para nuestros ojos.